25 de mayo de 2015

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... hasta que un día el dinero que quitaba a su familia fue tanto que su madre puso tierra de por medio y habló con ella.

Echaba la culpa a sus hermanos mayores sobre la pérdida de ese dinero, exculpándose de cualquier vinculación con el dinero y cubriendo a aquella persona que tanto tiempo llevaba entregándole dinero. De las primeras veces que esa persona requería dinero a la niña, la familia era plenamente consciente pero de las últimas no tenía ni la menor idea.

De haber notado un cambio en la niña, cualquier cambio que incitara a pensar en lo que estaba a punto de descubrir la familia, habría tomado cartas en el asunto.

Tras esa charla entre madre e hija, la hija le entregó conversaciones escritas que ambas niñas mantenían y en las que se observaba la sumisión de la niña, entre otras muchas maneras de acoso hacia ella.

Lo que no llegó a comprender la madre, ni lo comprende actualmente. es cómo pudo aguantar durante un curso académico esa situación sin decir nada sobre lo que la estaba pasando, la fortaleza y la valentía que seguía teniendo al defender a la otra persona tras todo lo que había pasado.

La situación con el tutor de la niña del instituto fue mucho más inquietante. El tutor, los padres y la niña mantuvieron una conversación en la que el padre de la niña sacó en claro que si no tomaba él cartas en el asunto, el tutor no se iba a hacer cargo de la situación porque argumentaba que "había muchos alumnos en clase".

Aunque la situación se solucionó, las consecuencias de esos meses no se hicieron esperar y...


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