27 de mayo de 2016

"¿Te puedes quedar un ratito más?"



¿Quién te dice eso?

Mi niña.

Sí, claro.

¿Acaso lo dudas?

Me sorprende.

¿Por qué?

No decías que no querías ser profesora de Primaria.

¿Cuándo he dicho eso?

Hace como unos dos años dijiste que querías ser profesora de Universidad.

Sí y lo sigo pensando, pero no sé que tiene que ver con no querer ser profesora de Primaria.

Tú sabrás, eso fue lo que dijiste.

No quería decir que no quisiese ser profesora de Primaria, me refería a que prefiero dar clase en la Universidad.

¿Y cómo puedes estar tan segura si nunca has dado una clase de Universidad?

No sé porque lo sé pero lo sé. 

Muy lógico.

Es verdad, no sé cómo explicarlo. Desde que entré en la universidad me interesaba más la docencia en la Universidad que en Primaria.

Y eso que de aquí a un mes vas a tener el título para dar clase en Primaria.

Un título es un papel mojado.

Sí, claro, cómo el dinero. 

Cachondéate de mí todo lo que quieras, pero sigo pensando que no estoy preparada para dar clase en Primaria.

En Primaria no pero en la Universidad sí, ¿no?

Tampoco. Tengo más idea de dar clase en Primaria porque tengo más experiencia como profesora pero en la Universidad no, solo fui estudiante.

Tú no sabes ni lo que quieres.

¿Y tú sí?

Quiero que me dejes en paz de una vez, que te largues y no vuelvas más.

Se puede saber por qué estás así conmigo.

Tú sabrás.

No, no lo sé por eso te lo pregunto.

No quiero que te vayas, después de estos casi 4 años te vas a ir y encima me dejas solo. Un día coges y dices "me voy", como si fuera la cosa más normal del mundo y pretendes que encima te ponga buena cara...

No pretendo que me pongas buena cara, quiero saber porqué te importa tanto que deje el blog.

Joder, serás lista para ciertas cosas pero para otras...

Si tanto te molesta que me vaya podrías ser más cariñoso y más cercano conmigo. 

Cada uno recibe lo que da. 

No creí que fuese tan importante para tí. Siempre contestando mal y de mala gana. Siempre tan soberbio y tan rancio.

¿En serio crees que no te considero alguien importante? Si no me importaras, no te habría hablado. Pero ahora eso da igual, te vas a ir, lo quiera o no.

Una cosa es que no vaya a escribir en el blog y otra es que no vengas conmigo. En ningún momento te dije que no pudieses venir conmigo.

Tampoco me lo propusiste.

¿Te quieres venir?

No.

Pase el tiempo que pase, nada ni nadie va a cambiar el tiempo que hemos pasado juntos, lo que hemos aprendido el uno del otro y, aunque quisiera que vinieses conmigo, no puedo obligarte a hacer algo que tú no quieres.

Nadie te obliga a irte.

Eso es cierto, pero en unos meses, si me cogen en el máster, voy a empezar una nueva etapa y quiero empezar desde cero.

¿Qué pasa que cada vez que empieces una nueva titulación te vas a hacer un blog nuevo?

No es solo una titulación diferente es otra etapa de mi vida.

No me has respondido.

No reniego de este blog, es más gracia a él, gracias a ti soy quien soy ahora pero eso no quita para querer empezar otro de cero. Este me trae demasiados recuerdos de una etapa que ha significado un punto de inflexión en mi vida. Y quiero que siga siendo eso. Lo que venga va a ser una consecuencia de esto, en gran parte. 

Pero no me dejes. 

Nunca te voy a dejar. Hay mucho de mi en el blog y eso no lo va a cambiar nadie. Seguiré escribiendo desde otro sitio, eso es todo. Solo cambiará el nombre.

Entonces, ¿puedo ir?

Ibas a venir quisieras o no... Aunque para eso aún queda un ratito. 






19 de mayo de 2016

Antes, durante y después

El otro día fui al colegio donde el año pasado hice las prácticas. Un compañero de la  universidad estaba haciendo las prácticas en ese centro y con la misma profesora con la que estuve el año pasado. En la misma clase y una clase de 4º de Primaria, como cuando estuve yo. 

El colegio no se ha movido desde entonces, por suerte. La clase seguía siendo la misma, al menos aparentemente, aunque había menos mesas que el año pasado, al menos esas no se usaban tanto como el año pasado. Parecía que no había pasado el tiempo. 

Pero los niños que hay ahora no son los mismos que estaban el año pasado. Ni la profesora es la misma. Ni yo soy la misma. Si pudiera volver a las prácticas del año pasado... 

Por una parte, me hubiera gustado elegir este año el mismo colegio, pero por otra, creo que lo más valioso que tiene la profesión docente es la variedad. Hay profesores que me gustan más que otros, eso está claro, pero saber lo que hacen otros es esencial para aprender a dar clase. Me puede gustar más o menos, pero aprender aprendo igual. 

Aunque no es agradable ver ciertas situaciones y no poder hacer nada. Yo puedo hacerlo de otra manera, pero no puedo hacer que otra persona actúe como actuaría en su lugar. No puedo pretender lo imposible. Y más si no sé si lo que hago está bien o no. Lo único que sé es que a mi me funciona y sé que es así porque lo hago, no solo lo intento.

Siempre que me pongo a prepararme una clase, aunque sepa lo que voy a explicar, lo vuelvo a aprender. La mayoría de las veces son conceptos que en su momento aprendí, o memoricé en el peor de los casos, y que tengo tan asumidos que ni siquiera me planteo como los aprendí. Independientemente de que me acuerde de cómo lo aprendí, necesito volver a aprender y hacer consciente el proceso que hago cuando lo aprendo. 

Necesito saber qué es lo que voy a enseñar y cómo he aprendido individualmente lo que quiero enseñar.  Enseñar no es explicar, no es definir, no es dar una receta, no es memorizar, no es repetir, no es dar unos apuntes, no es dar una solución, para mí no. 

Enseñar es mucho más que todo eso, es un proceso mucho más complicado que aprender. Y aprender no es fácil. 

Quizá sea porque estoy muy sensibilizada a notar estos procesos, que por otra parte nadie me ha explicado, al menos esplícitamente, pero creo que todo profesor lo hace siendo consciente de ello o no. 

Cuando explico algo por primera vez, habiéndolo aprendido previamente, estoy muy pendiente de lo que pasa (si lo entiende o si no, si me explico bien o si no, si los conocimientos previos que necesita saber para comprender el nuevo contenido los entiende o si no, si puede haber problemas de aprendizaje detrás de esas dudas o no, en qué parte de la explicación se ha perdido y trabajar a partir de ahí, saber los motivos por los que no entiende). Por eso, estoy constantemente haciendo preguntas cuando algo no consigo que comprenda el contenido. 

No busco que llegue a una conclusión a la que tiene que llegar, si hago eso no consigo que piense en lo que está haciendo. Se convertirá en un "robot" y no reflexionará sobre cómo lo ha hecho. De nada me sirve que sepa resolver un problema si no entiende lo que hace.  Para eso no necesita a un profesor, necesita un libro de soluciones. 

En cambio, las sucesivas veces que explico algo es mas fácil y más complejo que la primera. Más fácil porque cuento con mucha más información que al principio y más complejo porque esa información que obtengo cada vez que lo explico condiciona y modifica mi manera de entender, de aprender y de enseñar ese contenido. Tengo una perspectiva mucho más amplia del contenido en concreto y mucha más información que hacen que mi esquema mental aumente en relación a esa información: aparecen nuevos conceptos que se relacionan directa o indirectamente, nuevas conexiones, posibles causas, posibles consecuencias, etc... 

Hay veces que mis mapas mentales  cambian y no soy consciente de dichas variaciones hasta pasado un tiempo.