17 de julio de 2015

Desconexión

¿Cuándo te vas?

¿Dónde?

¿No te ibas a ir?

¿Para qué?

¿No eres capaz de responder a una simple pregunta?

¿Dónde quieres que me vaya?

LEJOS, donde sea pero LEJOS.

Primero, la que tendría que estar enfadada con alguien soy yo, estás muy pesado últimamente con tanta pregunta. Me desquicias.

Tendrás valor... ¿Y por qué te molesta que te haga tantas preguntas?

Porque me haces pensar.

Pobrecita, te cuesta tanto hacerlo.

Y segundo porque no sé responderte a esa pregunta.

A mi no me importaría no leerte durante unas semanas, incluso un mesecito. Además, creo que no te vendría nada mal desconectar de todo y dedicar un tiempo a que descanses después de este curso. ¿No te parece?

Luego la rara soy yo, ¿es una ilusión mía o estás haciendo algo bueno para mi?

Una ilusión tuya sin duda. Ya de paso puedo descansar yo también. 

He estado casi 3 años escribiendo yo sola, sin tu ayuda, y no sé cómo apareciste, así que tampoco necesito que estés.

¡Qué agradable eres cuando te lo propones! Yo tampoco te voy a echar de menos cuando te vayas. Por cierto, cuándo va a ser.

Tengo dos posts pendientes aún: el del curso de verano y el de burnout. Llevo un tiempo pensando en cómo plantearlos y enfocarlos.

Creo que puedo vivir sin leerlos.

¿Cuánto tiempo?

¿Puedo elegir eso?

Inténtalo, se puede negociar.

¿Nunca?

Tanto no.

¿Hasta mitad de agosto?

Eso es mucho tiempo.

No has sido capaz de dejar de escribir y publicar durante más de un mes en estos 35 meses. Y sabes que no vas a aguantar tanto tiempo sin escribir ni publicar.

¿Te apuestas algo?

Lo que sea, decide tú lo que te juegas porque sabes que voy a ganar. 

Yo no estaría tan seguro.

Venga va, ¿qué te apuestas?

Si no escribo nada hasta el lunes 31 de agosto, me dejas seguir escribiendo a mí sola como hasta hace unos meses. Pero si escribo algo, te dejo que escribas las veces que quieras mientras yo escribo.

Pero es que entonces es muy aburrido. 

¿No estabas tan seguro de que ibas a ganar? ¿Qué puedes perder?

Es que tú eres capaz de hacerlo.

¡Cómo me conoces!

Te propongo que si no escribes nada hasta el lunes 31 de agosto, te dejo escribir a ti sola, con la condición de que me dediques algún post durante el curso. Pero si no eres capaz de soportar la presión de no escribir esos post, que tienen buena pinta, no voy a dejar de preguntarte hasta que me harte. 

¿Cuántos son algunos?

Teniendo en cuenta que me vas a dejar en la estocada cuando termine el curso, unos cuantos.

Vale.

¿Sí?

Sí.

¿En serio? ¿No te vas a pasar por aquí durante 6 semanas?

En el fondo sé que me vas a echar de menos.

No te haces una idea de cuánto. 

Lo dicho, nos vemos el 31 de agosto.

No sé si voy a aguantar sin leer esos post.











9 de julio de 2015

Comienza la cuenta atrás



Hace unas semanas que se terminaron las clases y los exámenes de este curso, para mi sorpresa todo bien, al menos académicamente hablando. En realidad, no sé como denominar este curso porque no ha ido todo lo bien que me tendría que haber ido pero no me fue todo lo mal que pensaba que me iba a ir. 

El año pasado una profesora me propuso realizar una beca de investigación en 3º curso y me dijo que los dos últimos años de la carrera son los que más cuentan a la hora de hacer la media, o al menos creo recordar que era así. 

Fuera como fuera, este curso ha sido un fracaso desde mi punto de vista, un fracaso en el sentido de que no me siento orgullosa de mi progreso durante este curso, algo que no podía notar durante el curso, sino un tiempo después.

Tengo la sensación de que no he disfrutado de este curso, de hecho se me hace raro que haya pasado un año porque lo que deseaba hace unos meses ha pasado a un segundo plano y no he podido disfrutar y valorar este curso. 

La de horas que he estado en cafetería pudiendo estar en clase sin motivo aparente más que rebeldía o dedicarme tiempo a mí misma. En ese momento, y ahora, no consideraba que estaba perdiendo el tiempo, simplemente no veía sentido a esas clases y no me importaba estar sola, de hecho prefería que así fuera.

Me arrepiento de no haber hecho ciertas cosas, no haber dedicado tiempo suficiente a la investigación, a mejorar mi expediente, a ser más consciente de que independientemente de lo que piense de las notas en el mundo real no se tienen en cuenta aspectos cualitativos...

Pero entendía que aunque lo estuviera pasando emocionalmente mal durante estos meses, tenía que continuar con mi vida. Esas emociones durarían un tiempo, no tendrían el mismo grado de intensidad siempre y tenía que aprender a gestionarlas y controlarlas aunque no me sintiera cómoda con ellas.

Sabía que iba a llegar un momento en el que no podría continuar ocultando esas emociones y terminaría exteriorizándolas, y así ocurrió, aunque para mí no fue el mejor momento. En realidad, ese momento no fue ni bueno ni malo, aunque lo etiquete como "malo", sino que simplemente ocurrió. También sé, o al menos estoy empezando a ser consciente de ello, que esas emociones están comenzando a cambiar y a cobrar otro sentido para mí.

Cuando me recuerdo a mí sintiendo esas emociones, soy capaz de objetivar (no sé hasta qué punto) esas emociones subjetivas. Este aspecto es el más importante, o al menos uno de los más relevantes y complejas del curso de verano. A nivel personal, considero que es muy complicado objetivar mis propias emociones y que es mucho más fácil objetivar las emociones de otra persona. No es lo mismo sentir la emoción que recordar cómo te sentías con la emoción, pierdes información importante que le afecta. 

No me siento igual al recordar una emoción que cuando la estaba sintiendo, el estado de ánimo no es igual. Cuando se habla de "una emoción", ésta no se encuentra aislada sino que se sienten varias emociones a la vez y una se prioriza sobre "las demás". 

Cuando estás "acostumbrado/a" a estar en un estado de ánimo continuado en el tiempo, no eres capaz de diferenciar los grados de intensidad de una emoción. El hecho de que no seas capaz de notarlos no quiere decir que la emoción no cambie, seguramente cambie pero no seas capaz de notarlo. En cambio, cuando el estado de ánimo cambia, puedes notar los distintos grados de la emoción, o al menos es más fácil de notar los cambios. 

Es como tener un "mal día": puedes pensar que tienes un "mal día" y aunque te pasen cosas "buenas" no le das importancia pero sí se lo das a lo "malo". O al revés, puedes tener un "buen día" y priorizas lo "bueno" sobre lo "malo". Etiquetarlo como "bueno" o "malo" no lo convierte en "bueno" o "malo".


7 de julio de 2015

¡¿Otra vez?!

Si antes lo digo, antes lo haces.

¿Hacer el qué?

Tú sabes lo que has hecho.

Claro, por eso te lo pregunto.

No te hagas la tonta.

Me sale natural. Bueno, ¿qué es eso que he vuelto a hacer?

Borrar un post.

Y eso es malo porque...

... 

¿Por qué es tan importante para ti que lo borre? ¿Qué pasa si borro un post?

No lo escribas directamente y ya está, no hace falta que te compliques.

Pero no entiendo el motivo por el que tú consideras que es complicarse. Tenía ganas de escribir un post y luego lo quise cambiar hasta que decidí suprimirlo. Es lo que he aprendido durante estos años contigo, me gusta leer lo que escribo estando en otro estado de ánimo distinto. 

Quizá sea complicarse, pero para mi no lo es. la solución es fácil: si me arrepiento de haberlo escrito, lo borro y si no, no.

Pero ¿de qué depende que te arrepientas o no?

Cuando lo estoy escribiendo, no me doy cuenta del estado de ánimo o de las palabras que utilizo, en cambio, cuando lo leo, aunque sé lo que he escrito, soy capaz de profundizar más, de alcanzar un nivel de detalle más conciso que cuando lo estoy escribiendo.

Entonces, ¿por qué no lo guardas como borrador y lo publicas en otro momento, cuando lo hayas repasado o cambiado o no lo publicas directamente?

Tengo infinidad de post que no he publicado bien por el hecho de no acordarme de lo que quería escribir o bien por no saber cómo enfocarlo o cómo escribirlo. Mi memoria juega en mi contra de modo que tengo que escribirlo cuando me acuerdo y cuando quiero.

Más a mi favor, si quieres escribirlo y lo escribes ¿por qué narices luego lo borras?

¿Tú nunca te has arrepentido de decir algo?

Siempre lo borras, no puedo elegir.

En la vida real no es tan fácil. Lo dicho, dicho queda. Me he arrepentido más veces de lo que he dicho que de lo que no he dicho.

Es complicado arrepentirse de lo que no has dicho.

Esa es la respuesta a tu pregunta. Si no lo dices, no te puedes arrepentir. Me arrepiento de lo escribo y por eso lo borro.



Otra vez... no te lo pregunto. Total no te entiendo igualmente.