25 de septiembre de 2014

¿Qué tipo de contenido priorizar en cada caso?



Una de las cuestiones que más me preocupa a la hora de dar clase, que cada día queda más cerca, es la manera de evaluar, sobre todo porque creo que uno de los mayores problemas que veo como estudiante, y que he podido comprobar con mi escasa faceta como profesora, es que la palabra EVALUAR/CALIFICAR, siempre va acompañado con un objetivo claro, el de aprobar.

Para mí, el hecho de tener una nota numérica u otra no define, o no tiene porque definir a la persona en cuestión. Tener más o menos nota no te hace mejor o peor que otra, en comparación. Tener más nota no implica que sepas más sobre un tema o que entiendas el tema. Por ejemplo, una persona puede ser muy buena en matemáticas pero no por ello quiere decir que entienda las matemáticas.  

Entender y saber no son lo mismo, es decir, para entender es preciso que lo sepas pero puedes saber algo sin entenderlo. Por ejemplo, me considero nula en historia por el simple hecho de que soy incapaz de aprenderme algo de cajón, es decir, aprenderme algo de memoria y luego soltarlo en el examen. En el momento del examen, sé la historia pero como no la entiendo, o no la doy un sentido se me olvida. Cuando estaba en 2º de Bachillerato y me quedó historia, recuerdo que estuve un mes entero resumiéndome el libro que tenía unas 346 páginas. Hoy en día sigo dudando de que el examen estuviera aprobado, pero lo estuvo para mi fortuna. En cambio, historia de la filosofía me encantaba, porque lo entendía, le daba un sentido.

Una de las cosas que me sorprende de la docencia hoy en día es que se de mayor importancia al saber que al entender. En varias de las clases de Didáctica de las Ciencias Sociales, el profesor ha estado defendiendo que sin saber no puedes explicar y no estoy de acuerdo con ello, sino ¿por qué estamos dando didáctica de las ciencias sociales si no hemos dado aún historia? 

No estoy de acuerdo porque hay profesores que son buenos en su materia, pero eso no quiere decir que sepan explicarlo. Siempre he concebido la idea de nadie entiende nada si no es capaz de explicárselo a un niño o a otra persona. Puedes estudiarte una fecha, una fórmula, una receta, pero si no entiendes el proceso lo tienes jodido.

De hecho, algo que piensa todo el mundo es que profesor puede ser cualquiera y que es una carrera muy fácil y que se gana mucho dinero y que se tienen muchas vacaciones. En toda mi experiencia como estudiante, casi 20 años, he pensado así, sobre todo en mi experiencia en la ESO y en la Universidad, y no de manera generalizada, aunque quizá esta última sea la que más determinante ha sido para dejar de pensar así, sobre todo porque ha sido donde he entendido lo que implica la docencia y donde pese a todo me ha gustado más. Desde el principio tuve claro que la carrera iba a tener una fuerte vinculación con la pedagogía y con la psicología, hasta que llegué a 2º de carrera y me di cuenta de que no era verdad. Lo que deduzco que en la universidad se da mayor importancia a los contenidos puramente teóricos que aquellos que dependen y que condicionan de manera importante a la relación entre el estudiante y el docente. 

No recuerdo donde leí hace poco que la relación entre docente y estudiante no había cambiado tanto desde que aparecieron las primeras universidades, en las que se entendía que la función del docente era guiar al estudiante posibilitándole de todas las herramientas necesarias para poder licenciarse. Pero también hablaba que desde entonces, y sobre todo en los últimos años, la balanza equilibrada había virado hacia el estudiante, dejando al docente sin protección. No creo que sea tan exagerado pero sí que es cierto, sobre todo en la ESO que la balanza está totalmente descompensada aunque no estoy segura hacia qué lado. 

Sinceramente, hablando del caso de mi universidad, creo que quitar las licenciaturas ha sido lo peor que nos ha podido pasar a los estudiantes, solo por delante de las menciones, que sin lugar a dudas no sirven ni para ser mencionadas en el título que todos vamos a recibir tras superar la carrera. No comprendo los motivos por lo que cambió pero se supone que es el riesgo de todo cambio, que no se sabe si es a mejor o a peor, aunque claro depende de para quién es bueno o es malo, está claro para quien es bueno alargar las carreras y para quién no. 


Volviendo a lo de antes, ¿es necesario evaluar tanto, sin pararnos a pensar en qué debemos evaluar? Para mí, lo importante no es evaluar sino saber hacerlo y entender los motivos por los cuales evalúas de una forma u otra. Por ejemplo, ¿de qué te sirve evaluar si tan siquiera sabes de dónde parten tus alumnos?



15 de septiembre de 2014

"Un pesh"

No sé si es por cansancio acumulado o porque aún no me he acostumbrado a madrugar, pero lo cierto es que las mañanas se me pasan volando, ya esté despierta o dormida. No es que no me guste madrugar, que es algo que no hago a no ser que me despierte el despertador, sino que creo que estoy más pendiente de lo que va a ocurrir en unos años, porque me mtivan más que lo que estoy haciendo ahora mismo. 

Pero aquí, algo no funciona: no puedo hacer eso que tanto me motiva en unos años si no consigo superar estos dos años. A parte de que no considero que me vaya a aportar nada bueno para mi futro profesional, tampoco me veo motivada porque sea algo que realice en un futuro, o al menos no explícitamente. 

El hecho de tener claro lo que quiero hacer de aquí a unos años hace que ciertas asignaturas que me sirven para "lo que se supone" que voy a realizar al final la carrera, me condiciona a ser muy crítica con la información que percibo, incluso casi toda la información que me llega suelo aplicarla o darla cierto sentido en el mundo de la educación.

Sinceramente, no sé cómo era capaz de ver una película cualquiera y quedarme tan tranquila, es decir, ser una mera espectadora y volver a casa siendo la misma persona. Creo que es algo que comencé a sentir cuando veía películas en 2º de Bachillerato para la asignatura de Psicología y que a lo largo de la carrera fue paulatinamente desarrollándose esa forma de inferir lo que una película o lo que una secuencia nos quiere decir.

Por ejemplo, la semana pasada vimos un documental de Redes, que creo recordar vi en 1º de carrera cuando tuve que realizar una entrevista sobre el tema de "La Creatividad", que se llama "Los secretos de la creatividad". Habré visto el vídeo en total unas 4 veces y cada vez que la veo, como suelen ser por motivos diferentes, las conclusiones que obtengo nos muy diversas. No deja de ser el mismo documental pero no tener siempre el mismo punto de vista o no ser la misma persona, o no sentirme de la misma manera, hace que mi interpretación varie. 

Cada vez que comienza un cuatrimestre, tengo claro cuál va a ser la asignatura que más me va a gustar y la que más me puede aportar, pero en este caso... no estoy muy segura. No porque no me gusten, sino porque considero que esta plataforma es un recurso esencial tanto hasta ahora como a lo largo de toda mi vida profesional, para aprender, para reflexionar y sobre todo para realizar autocrítica.

Quizá en este último aspecto sea demasiado estricta conmigo misma, pero creo qque es beneficioso para mí. Soy consciente de que tengo que cambiar muchas cosas pra llegar a lo que deseo ser, ya sea porque necesidad de aprender conocimientos o herramientas o porque todavía me queda un largo recorrido por hacer hasta conseguir mi propósito. Pero, ¿cómo sé cuando he llegado?¿Ese objetivo será siempre el mismo o irá cambiando conforme cambie yo?¿Siempre tendré las mismas herramientas o los mismos recursos para poder aprender?

La primera pregunta es un tanto peculiar porque considero que el objetivo que ahora pretendo alcanzar no va a ser el mismo que dentro de unos años, o incluso dentro de unos meses, porque yo misma no voy a ser la misma, el contexto no va a ser el mismo, los recursos van a ser diferentes, lo que antes consideraba importante ahora casi carece de sentido y lo que no tenía antes, ahora es algo que relevante. 

El hecho de que sea relevante o no depende de muchos aspectos, no solo de lo que yo deseé o deje de desear. Hay aspectos que no dependen de mí o que ni siquiera me planteo porque no sé que existen o porque en este momento no considero importantes, pero eso no quiere decir que siempre sea así. 

El título del post viene a que este verano he estado unas cuantas veces con la sobrina de mi hermano, de 2 años, y siempre que nos veíamos nos poníamos a pintar. Me parece curioso porque no nos hacía falta hablar, sino que cada vez que venía a mi casa o estábamos en otro sitio, se las apañaba para encontrar pinturas y una hoja de papel y buscaba para que pintara con ella. Las primeras veces, como no me conocía mucho, me limitaba a ddarle las pinturas y conseguir que no se saliera de la hoja.

Pero cuando comenzó a coger confianza conmigo, y estábamos en mi casa, me esperaba en la puerta de mi habitación para coger las pinturas y dibujar. Las últimas veecs que he estado con ella, siempre me miraba y me decía "Un pesh" para que yo le dibujara un pez. Al igual que me lo decía a mí se lo decía a todo el que pasara por el lado. Ella no sabía dibujarlo pero quería que los demás lo dibujásemos. 

A simple vista puede que sea una tontería pero para mí es algo asombroso el hecho de notar esa sensación de "me interesa lo que me dices", de "quiero seguir aprendiendo", de "ahora ¿qué vamos a hacer?"... No sé cómo explicarlo, pero es una sensación muy gratificante no solo porque estás enseñando sino que puedes observar el sentido que le da la otra persona, independientemente de que tenga relación con lo que tú pretendías inicialmente.